La meta más alta a la que todo ser humano debe aspirar es la
comprensión. Responder al aforismo popular del quiénes somos, de dónde venimos
y a dónde vamos. Centrándonos en el denominado mundo esotérico todos los
sistemas que han intentado acercar al hombre a su sentido se pueden dividir en
tres modelos generales: el camino del faquir, el camino del monje y el camino
del yogui.
El camino del faquir: Basa todo su
esfuerzo en el control del cuerpo. Mediante martirios casi inimaginables
torturan su cuerpo hasta desarrollar una plena voluntad física (según San
Agustín, la voluntad es un movimiento del alma, exento de toda coacción,
dirigido a no perder o a conseguir algo): Todo
el camino del faquir está hecho de ejercicios físicos increíblemente penosos.
Se mantiene de pie, en la misma posición, sin movimiento alguno, durante horas,
días, meses o años; o bien, sentado sobre una piedra desnuda, bajo el sol, bajo
la lluvia, bajo la nieve, mantiene los brazos extendidos o bien se tortura con
fuego o con un hormiguero en el que pone sus piernas desnudas, y así
sucesivamente.
El
hombre que obtiene este control corporal, normalmente, ha descuidado en el
largo proceso las funciones emotivas e intelectuales, lo que conlleva que no
sepa usarlo más que a ese nivel.
En el camino del faquir un hombre no tiene
maestro en el verdadero sentido de la palabra. En este caso, el maestro no
enseña, simplemente sirve de ejemplo. El trabajo del alumno se limita a imitar
al maestro.
El camino del monje: Trabaja sobre los
sentimientos. Es el camino de la Fe y las emociones religiosas. Tras años de
luchas internas se consigue someter los propios sentimientos, pero como en el
caso de faquir se suele descuidar las otras dos funciones.
El hombre que sigue el camino del monje
tiene un maestro y parte de sus deberes, parte de su tarea, consiste en tener
una fe absoluta en él, en someterse por completo a su maestro, en obedecer. Pero lo esencial en el
camino del monje es la fe en Dios, el amor a Dios, los esfuerzos
ininterrumpidos para obedecer a Dios y servirlo, aunque en su comprensión de la
idea de Dios y del servicio de Dios, pueda haber una gran parte de subjetividad
y muchas contradicciones.
El camino del yogui: Se ocupa de la función
intelectual. Como las anteriores deja de lado las otras funciones. Su ventaja
radica en que al desarrollar la inteligencia sabe qué es lo que le falta y qué
dirección tiene que seguir para conseguirlo.
En el camino del yogui no hay que hacer nada,
y no se debe hacer nada, sin un maestro. El hombre que emprende este camino, al
comienzo debe imitar a su maestro como el faquir y creer en él como el monje.
Pero después, paulatinamente, llega a ser su propio maestro, aprende los
métodos de su maestro y gradualmente se ejercita en aplicárselos a sí mismo.
Estas
3 vías tienen en común la renuncia total a la vida tal como nos la
representamos hoy en día. Hay que morir para el mundo.
Gurdjieff
añade una categoría más: El cuarto camino. Según Gurdjieff, en las
condiciones ordinarias de la vida civilizada, la situación de un hombre, aun
inteligente, que busca el conocimiento, es sin esperanza, porque no tiene la
menor posibilidad de encontrar alrededor de él algo que se asemeje a una
escuela de faquires o a una escuela de yoguis. En cuanto a las religiones del
Occidente, han degenerado hasta tal punto que desde hace mucho tiempo ya no hay
nada viviente en ellas. En fin, del lado «ocultista» o «espiritista», ya no hay
nada que esperar sino experiencias ingenuas.
La
característica principal de esta nueva vía es que no está señalizada, hay que
buscarla para hallarla. El método de Gurdjieff nos permite trabajar
simultáneamente en nuestro cuerpo, sentimientos y pensamientos mientras
trascurre nuestra vida ordinaria: El
comienzo del cuarto camino es más fácil que el comienzo de los caminos del
faquir, del monje y del yogui. Es posible seguir el cuarto camino y trabajar en
él mientras uno continúa atendiendo sus ocupaciones ordinarias, en las
condiciones habituales de la vida, sin cortar las relaciones que uno tiene con
la gente, sin abandonar nada. Este camino no exige el renunciamiento. Por el
contrario, las condiciones de vida en las que un hombre se encuentra cuando
emprende el trabajo —o en las que el trabajo lo sorprende, por así decirlo— son
las mejores posibles para él,
por lo menos al comienzo. Porque ellas le son naturales. Ellas son el hombre mismo, porque la
vida de un hombre y sus condiciones corresponden a lo que él es. La vida las ha
creado a su medida; por consiguiente, cualquier otra condición sería
artificial, y en este caso el trabajo no podría tocar inmediatamente todos los
lados de su ser[…] A veces al cuarto camino se le llama el camino del hombre ladino. El
«hombre ladino» conoce un secreto que no conocen el faquir,
el monje ni el yogui. Cómo ha aprendido este secreto el hombre ladino — nadie
lo sabe. Quizás lo ha encontrado en un libro antiguo, quizás lo ha heredado,
quizás lo ha comprado o a lo mejor se lo ha robado a alguien. No importa. El hombre
ladino conoce el secreto y con su ayuda, deja muy atrás al faquir, al monje y
al yogui.
RUSTS Gaming Archives | DRMCD
ResponderEliminarFind out about RUSTS Gaming's casino games and 통영 출장샵 how you can 보령 출장샵 play 충청북도 출장마사지 them on 통영 출장안마 RUSTS Gaming Casino Game - Win the 용인 출장샵 Best Deal Online